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El estado mundial constituye el equilibrio total y el cauce fundamental y el resultado final de la política mundial 38. Que en el estado mundial, la más alta política mundial internacional ha encontrado su equilibrio y, con ello, su cauce fundamental. Aquí culmina en la justicia totalmente perfecta. Es este equilibrio el que hoy los hombres buscan, aunque hasta cierto punto no conscientemente, en todos sus esfuerzos políticos y formulaciones de ideales políticos o presuntos ideales. De hecho, son estos esfuerzos los que en realidad se convierten, en gran medida, en una lucha directa entre los hombres, precisamente porque no han encontrado la verdad ni en la religión ni en la política. En el mismo grado en que estos ideales no son limpios, son idénticos a los principios del ladrón: codicia, deseo de conquista, de hecho, una lucha por la adquisición de bienes materiales o ventajas a costa de otros hombres, llevan a los hombres a las esferas de conciencia diabólica de la guerra que sólo contienen mutilación, muerte y destrucción, invalidez, aflicciones y preocupaciones, hambre y privaciones en todos los ámbitos tanto físicos como mentales. Es, precisamente, esta situación la que da madurez a los hombres para la incesante búsqueda de una política más fomentadora de paz, y cuyo objetivo o resultado final es, precisamente, el estado mundial con un gobierno que, él solo, tiene la más alta autoridad de gobierno sobre todos los pueblos de la Tierra. Es evidente, que este gobierno mundial no puede ser inglés, alemán, francés, ruso ni chino, ni pertenecer a ninguna nacionalidad particular. Sólo puede constituir, de manera absoluta, una soberanía común o poder de gobierno elegido libremente por todas las naciones.


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