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La tarea del gobierno mundial 37. Que la tarea del reino mundial es administrar la herencia innata de todos los seres, de modo que se convierta en una alegría y bendición para cada hombre, pero no para mayor beneficio de uno que de otro. La única manera, a través del cual las riquezas de la Tierra pueden beneficiar a los hombres de la forma más justa, es sólo a fuerza de la inteligencia humana y la facultad de trabajo o creadora. Y esta facultad la tiene cualquier hombre normal. Esta facultad se convierte en el medio de pago, en vez de dinero, de quien la posee. Cada hombre sano y normal tiene que pagar con esta facultad el estándar de vida que desea. La cantidad de trabajo que debe realizar cada persona depende de cuántas personas existan en la Tierra en esa época, y lo grande o amplio que sea el estándar medio de vida que este número de personas desee. El conjunto de horas de trabajo necesarias para satisfacer esta necesidad se igualará para cada ser del conjunto de hombres de la Tierra. Teniendo en cuenta la colosal parte de este trabajo que puede ser hecho por máquinas, sólo quedarán muy pocas horas de trabajo para cada hombre concreto. Quizá puedan quedar dos horas o dos días por semana, en los años de su vida adulta, en los que estas horas de trabajo tienen que prestarse. Estas horas de trabajo están calculadas de manera que también pagan para la infancia y formación, vejez y eventual estado de enfermedad o invalidez de quien las presta. Estas situaciones no pueden, por consiguiente, crear preocupaciones económicas. El ser tiene el mismo acceso al estándar de vida ordinario, autorizado que, como se ha dicho, sobrepasa largamente el más alto estándar de vida general hoy.


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