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La manera de ser totalmente perfecta. Por qué todos los hombres no pueden tener la misma manera de ser que nosotros. El hombre en la culminación del amor 19. Que todos los seres vivos, que no aparecen como el hombre totalmente perfecto, tienen necesariamente que ser más o menos imperfectos. Tienen necesariamente que estar inacabados, porque, precisamente, la evolución cósmica o formación cósmica, por medio de la cual se convertirán en el hombre totalmente perfecto, aún no ha terminado. Como la manera de ser perfecta, la que hace del hombre uno con Dios, es lo mismo que una manera de ser en virtud de la cual el ser es un sol de amor luminoso y afectuoso para su entorno, este hombre vive y respira para ayudar a sus semejantes a que avancen y asciendan. Comprende que están bajo una formación cósmica en virtud de la cual se convertirán, precisamente, en el ser perfecto u hombre cósmico. Esta manera de ser perfecta o totalmente evolucionada no contiene de ninguna manera en absoluto el presunto «mal», es decir: celos, envidia, codicia, odio o venganza, ira, irritabilidad, egoísmo o egocentrismo, soberbia, mentira, falsedad, melancolía, depresión ni cosas parecidas. Esta manera de ser está totalmente purificada de toda imperfección. El origen de una manera de ser así sabe que, en el fondo, todos los seres vivos, inacabados constituyen, en realidad, el hombre que está siendo creado por Dios. Todos se encuentran en el mismo estado de evolución o formación cósmica. Sólo divergen el uno del otro en la misma medida en que divergen en estado inacabado. Algunos seres están, así, delante de otros en la escalera o escala evolutiva, y algunos están detrás de otros en la misma escala, mientras otros están en el mismo estadio. Cuando encontramos a alguien, no es un hecho que esta persona se encuentre en el mismo peldaño o estadio en que nosotros mismos estamos. Por consiguiente, su manera de ser no puede estar igual de terminada que la nuestra. No puede, por lo tanto, haber desarrollado las virtudes y cualidades que forman parte de nuestro estadio. Por ello, tiene que aparecer como un ser menos evolucionado con respecto a nosotros. De la misma manera, si no tenemos conciencia cósmica, también tenemos que aparecer como menos evolucionados o primitivos con respecto a seres con una evolución más acabada que la nuestra. Nuestro lugar en la vida está determinado por lo evolucionados que estamos. Según nuestra evolución esté acabada, estaremos más cerca del gran objetivo, convertirnos en el hombre a imagen de Dios, convertirnos en el hombre cuyo amor culminante ilumina y manda calor sobre «malos» y «buenos», «justos» e «injustos», únicamente por motivos desinteresados y totalmente sin pensar de ninguna manera en ser correspondido.


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