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La Divinidad en su estado supremo o culminante  2386. El universo es, así pues como se ha dicho, un gran y único ser vivo. Como constituye absolutamente todo lo que, en resumidas cuentas, existe o es, o está formado por ello, la conciencia de este ser tiene que constituir necesariamente, como hemos visto, una estructura orgánica que, dentro de su zona, puede desencadenar dos despliegues de energía que se encuentran la una frente a la otra. Así, aquí comprendemos lo que significan los ciclos de la espiral con sus mundos de luz culminante y mundos de oscuridad culminante. Los mundos superiores de todos los ciclos de espiral existentes están, como ya sabemos desde hace tiempo, habitados por los seres más evolucionados, es decir, hombres acabados a imagen de Dios. Son seres que se han convertido, todos ellos, en absolutamente uno con Dios. Como todos los seres vivos constituyen, en virtud de sus organismos, los órganos de percepción y manifestación de Dios, los habitantes de los mundos superiores de los ciclos de la espiral, es decir, los habitantes del reino humano acabado y reino de la sabiduría, el mundo divino y el reino de la bienaventuranza de cada espiral constituyen conjuntamente los órganos de la conciencia primaria absoluta de Dios. En virtud de esta zona, la Divinidad se encuentra en el estado más elevado de culminación de la conciencia que, en resumidas cuentas, puede existir, a saber, culminación en la omnisciencia, el amor universal y la omnipotencia.


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