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Los seres vivos como órganos de la conciencia y la experimentación de Dios  2375. Los instrumentos de percepción nombrados son idénticos a todos los seres vivos existentes en el universo, desde los seres microcósmicos a los macrocósmicos. Cada ser vivo es, así, un instrumento de percepción y de experimentación para la Divinidad. Esto se convierte en un hecho por medio de la circunstancia de que ningún ser vivo podría existir en absoluto independientemente de otros seres. Cada ser vivo depende totalmente de otros seres vivos. Pero, al tener esta dependencia, aquí se muestra que cada uno de ellos es una parte de la misma unidad. También se muestra que la percepción o experimentación individual, que tiene lugar a través de un ser vivo, no está prevista solamente para este ser. Cada experiencia deja su huella en quien la hace. Esta huella contribuye a transformarlo. Esta transformación se propaga a través de su manera de ser para con los semejantes y el entorno, en donde produce, de nuevo, una reacción, y así sucesivamente. El efecto de la experiencia de un ser no se limita al propio ser. Es imposible que no contribuya a la formación del destino o experimentación de la vida de otros seres. Pero, la percepción o experimentación de la vida de estos otros seres tampoco puede, de la misma manera, evitar repercutir sobre el destino del entorno y de los semejantes y, con ello, influir sobre él. Así, se convierte en un hecho que cada ser vivo, en el mejor de los casos, constituye, sin duda, un ser independiente, que piensa y experimenta, pero al mismo tiempo constituye un órgano o centro fomentador de vida o conciencia en una totalidad mayor, en la cual cada uno de los demás seres constituye, así mismo, un órgano o centro correspondiente fomentador de vida o conciencia. Todos los seres vivos son, así pues, órganos de experimentación en una totalidad o unidad mayor. Pero, una unidad, en la que hay órganos de experimentación que trabajan conjuntamente, es lo mismo que un ser vivo. Y como cada uno de los seres vivos del universo es, sin ninguna excepción, un órgano de experimentación de la unidad conjunta que llamamos universo, este universo se muestra aquí como un organismo vivo que, por sí mismo, constituye un océano de centros de conciencia o experimentación de la vida. Como es imposible que cada organismo vivo que trabaja pueda existir sin un yo, aquí también se muestra, así, que el universo es el organismo de Dios y los seres vivos los órganos de su conciencia o vida.


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