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La conciencia y el modo de ser de Dios  2335. La estructura de la conciencia de Dios está formada de modo que sólo puede fomentar un amor al cien por cien a través de todo el universo o cosmos. La conciencia de Dios constituye, por consiguiente, toda la zona de la conciencia conjunta del universo. Pero esta gigantesca zona de conciencia está dividida en todos los estadios de la evolución y la involución de los ciclos de la espiral. Cada uno de estos estadios representa, a través de los seres vivos, una manera especial de ser característica del estadio. Estas diversas maneras de ser expresan, a su vez, una escala que se extiende de la culminación del odio a la culminación del amor. De estas dos maneras de ser, el amor se convierte, por lo tanto, en el punto culminante o manera de ser primaria, dado que da vida. La manera de ser del odio es, al contrario, fomentadora de sufrimiento y portadora de muerte y, por consiguiente se la considerará como la manera de ser secundaria. En la estructura de la conciencia, única en su sentido propio, que constituye la conciencia de la Divinidad, la manera de ser del odio y del amor aparece en la estructura mental de los seres vivos de manera cambiante. Cuando una zona de amor del ciclo de la espiral ha culminado, degenera, y la zona del odio comienza, entonces, a crecer hasta que ha alcanzado la culminación, tras lo cual degenera y la zona del amor comienza, de nuevo, a desarrollarse hasta la culminación y así continuando. En la conciencia de la Divinidad siempre habrá, así pues, inalterablemente zonas con culminación de amor y zonas con culminación de odio. Pero, como la zona del amor da vida y bienestar y, por consiguiente, es la más fuerte y fundamental, mientras la zona del odio es mortífera y, con ello, suicida y, de este modo, es, en realidad, impotente ante la manera de ser del amor, esta última manera de ser se convierte en la que sostiene y, por lo tanto, como ya se ha dicho, es la primaria. Como la zona de conciencia del odio siempre tiene, en último término, que retroceder ante el amor, es la manera de ser de la culminación del amor lo que, por consiguiente, es el estado primario de conciencia del universo y, con ello, la manera de ser de Dios.


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