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Todos los seres vivos están, consciente o inconscientemente, orientados hacia la existencia de una divinidad o providencia  2334. Dado que, como ya se ha dicho, el universo es el organismo de un ser vivo, y todos los seres vivos viven, se mueven y son en él como sus órganos, no es extraño que los animales vean cada movimiento como expresión de algo vivo, del mismo modo que los hombres primitivos creen de manera absoluta que existen seres vivos y poderosos o una divinidad o divinidades tras las fuerzas y creaciones de la naturaleza. Y como los hombres civilizados materialistas, en su ansia de saber y su investigación buscan la solución de la vida, lo que buscan, en realidad, es la Divinidad del universo, ya que ésta es, como acabamos de ver, el fundamento de la solución del misterio de la vida. Todos los seres vivos, crean o no en la existencia de una divinidad, están, así, conscientes o no, orientados hacia la Divinidad. La Divinidad es el punto fijo de la vida. Todo es funciones de vida de la Divinidad. Y como nuestro organismo es un campo local del organismo de la Divinidad, y nuestra conciencia es, así mismo, un campo local de la conciencia de la Divinidad, y nuestro yo es uno con el yo de la Divinidad, la Divinidad vive, por consiguiente, en todos nosotros. Lo que hacemos contra uno de nuestros prójimos lo hacemos contra la Divinidad. Todos los seres vivos son, así, en realidad uno con la Divinidad por lo que respecta al organismo. Pero cuando se trata de ser uno con la Divinidad, al igual que Cristo era uno con la Divinidad, esto quiere, por lo tanto, decir ser uno con el amor al prójimo o las leyes de la vida en el modo de ser.


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