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La Divinidad y el grito de angustia del animal  2332. Que el centro de equilibrio mental de los animales también se dirige hacia este ser, aunque inconscientemente, se muestra en su grito de angustia o de muerte. Gritan cuando se encuentran en peligro de muerte y no ven ninguna salvación. Como es sabido, por lo que respecta a los animales, este grito es provocado de una manera puramente automática. ¿Por qué hay incorporada en la estructura del animal una función automática así? La fiera no suelta a su presa porque grite. No conoce la compasión. Si tuviera desarrollado este sentimiento en algún grado, esto significaría hambre y muerte para ella, puesto que temporalmente ha sido creada para tener que vivir de carne o sustancias alimenticias animales. Este grito de muerte tampoco lleva a los semejantes de su especie a ayudar a quien lo emite. En una situación así, huyen despavoridos. Cuando el grito de muerte tampoco puede obtener ayuda de estos seres, ¿a quién dirige, entonces, su grito? Cuando, de esta manera, la naturaleza ha creado directamente en el animal una función automática, que lo lleva a gritar en situaciones de peligro de muerte, esto no puede ser un proceso sin sentido y totalmente inútil. Nunca se ha visto que la naturaleza cree algo que no tenga sentido. Y aquí también veremos que el grito de muerte del animal tampoco carece de sentido. Cuando el grito de muerte del animal no está destinado a los semejantes de su propia raza, tiene que estar destinado a otro poder. Este otro poder sólo puede ser «el poder superior» nombrado anteriormente. Se trata de un poder que siempre está presente, visible o invisible, en el momento de peligro. Pero, ¿por qué no libera este poder superior al animal de las garras de la fiera? El poder superior no va nunca contra las leyes de la vida. Tener que vivir de alimento animal es una condición de vida para la fiera. Por esto, el poder superior no puede ayudar de esta manera, dado que así cometería una injusticia contra la fiera, que no puede obtener su alimento de otra manera. En cambio, el grito de muerte del animal alarma a seres de la zona espiritual, que al instante ayudan al animal a pasar sin sufrimiento por el proceso de muerte, no natural para él, hasta la facultad de orientarse en la zona de existencia espiritual. El grito de angustia libera, así, una ayuda psíquica muy grande a la multitud de seres cuyos organismos tienen que ser temporalmente alimento para otros seres. El grito de muerte del ser es, así pues, una expresión de un automatismo integrado en su estructura mental, por medio del cual, en situaciones de peligro inminente, puede invocar automáticamente el poder del ser superior y, así, recibir ayuda.


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