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El algo vivo que está fuera de la materia, fuera de la sustancia, fuera del propio tiempo y espacio  2312. Así, es fácil ver aquí que todo el mundo físico o la denominada zona de existencia física es, en sí misma, una zona de existencia totalmente sin vida, dado que aquí sólo existe movimiento. Un movimiento, ya se trate de las olas del mar, del deslizarse ruidoso de un tren sobre la vía o el movimiento de un cohete ascendiendo en el espacio, no puede pensar, experimentar ni manifestarse como un ser vivo, sino que será, inevitablemente, algo que ha sido dirigido por algo que está vivo. Es cierto que este «algo» vivo todavía es un enigma para el hombre no iniciado, pero aquí se ha convertido, sin embargo, en un hecho que este «algo» no es, ni puede ser, idéntico al movimiento o a las cosas creadas, ya que éstas, como ahora sabemos, sólo son combinaciones de reacciones de movimientos. Este «algo» no se presenta, así, en la zona donde surgen y se despliegan estas combinaciones. Pero cuando «el algo» vivo no constituye una cosa creada, y, de este modo, no es idéntico al organismo, ya que, como se ha dicho, éste también constituye solamente una cosa creada, sino que al contrario es origen de cosas creadas, está, de esta manera, por sí mismo fuera de la propia materia, fuera de la sustancia, fuera del propio tiempo y espacio.


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