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Los grandes sabios del pasado conocían la electricidad como «espíritu de Dios»  2302. Los grandes sabios del pasado no fueron objeto de la citada ignorancia sobre la electricidad. De este modo, podemos leer en la Biblia como el rey Salomón incorporó una batería eléctrica a su templo divino. Aquí se puede leer sobre las columnas de cobre de dieciocho varas de altura y sobre los capiteles de cinco varas que coronaban las columnas y sobre la conexión entre ellas y la envoltura de empalmes y alambres y, a su vez, la conexión de éstos con «el mar» redondo fundido, que medía diez varas de diámetro y cinco varas de altura y estaba envuelto por un cable de treinta varas de longitud, además de los otros fenómenos citados, y en conexión con esto, cuya combinación y estructura conjunta constituye de manera suficientemente clara la instalación de pilas eléctricas desde donde se podía producir la gran iluminación que fue tan fuerte durante la consagración del templo que hubo que interrumpir el oficio religioso. Que se percibiese esta luz como «el espíritu de Dios» era, precisamente, porque se sabía que esta luz y esta fuerza que representaba era una fuerza espiritual o psíquica que, a su vez, es lo mismo que fuerza de pensamiento o fuerza de conciencia. Que en aquel tiempo tenían que percibir y expresar esta gigantesca fuerza de pensamiento o fuerza de conciencia como lo que, en realidad, es, a saber, «el espíritu de Dios», es algo natural. La expresión bíblica, «el espíritu de Dios se cernía sobre las aguas» se convierte aquí, de este modo, en un hecho. Los grandes sabios del pasado conocían, así pues, muy bien la electricidad, pero de ninguna manera como una fuerza material. Comprendieron su verdadera naturaleza íntima, espiritual o psíquica. A través de su iniciación en los misterios de la vida, se les confió el conocimiento sobre el espíritu de Dios o esta fuerza viva que los puso en condiciones de usarla como una fuerza protectora y benéfica en su culto religioso. Fue, de este modo, esta fuerza la que hizo que fuera mortal para personas no autorizadas pisar el santo de los santos y, la que, así, protegía el más alto conocimiento secreto, que estaba guardado en el arca de la alianza, de pasar a ser poseído por no iniciados y entonces convertirse en maldición en forma de magia negra, en vez de convertirse en bendición. La electricidad es, así pues, fuerza vital macrocósmica. Constituye exactamente la misma fuerza que, de forma adaptada al mesocosmos, funciona como fuerza vital en nuestro interior y, a través de nuestros nervios, es llevada hacia los diversos órganos de nuestro organismo y los hace mover nuestros brazos y piernas, aparte de que toda la función de nuestro pensamiento y nuestros sentidos también tiene lugar mediante la fuerza electro magnética. Y es, por consiguiente, esta fuerza a la que en lenguaje cotidiano denominamos «fuerza vital».


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