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| Por qué la actitud de la humanidad ante la vida tiene que cambiar en la manera de ser del Sermón de la Montaña | 2297. Aunque tengamos que ser comprensivos ante las eventuales manifestaciones de la mentalidad y la manera de ser animal en la mentalidad de nuestro prójimo y perdonarlas, esto no significa, naturalmente, que uno no tenga que protegerse contra estas manifestaciones. Uno tiene, por supuesto, que protegerse de estas manifestaciones, tanto cuando son desplegadas por hombres como cuando son desplegadas por animales. Pero, esta protección no tiene que tener lugar con ira y enojo, sino con una comprensión total de la verdadera causa de la situación, a saber, que ningún ser puede actuar de otra manera que para la que en el momento determinado ha evolucionado. La ira, el odio o el castigo ante el hecho de que, precisamente, actúa de esta manera se muestran aquí claramente como una transgresión de la ley de la vida, cuyos efectos alargarán, de modo correspondiente, la conexión a un destino oscuro de aquel que ha transgredido la ley. Toda la actitud ante la vida de la humanidad tiene que dar un giro total hacia la manera de ser del Sermón de la Montaña. Sin ella nadie va al Padre, es decir, sin este cambio de conciencia no hay ningún camino para salir del encarcelamiento mental que constituye la involución de los hombres en las tradiciones, hábitos y disposiciones de reino animal. |
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