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Por qué el libre albedrío perfecto es absolutamente lo único necesario tanto para los estados como para el hombre concreto  2283. Pero, un modo de ser en el que el libre albedrío no bloquea, en mayor o menor grado, el libre albedrío de otros seres no se encuentra en el hombre inacabado, porque este ser considera que bloquear el libre albedrío de otros es más o menos una condición de vida. Un cazador que sale a matar animales, ya sea por placer y pasatiempo o porque lo considera una necesidad para mantener su vida, destruye y bloquea, así, el libre albedrío y el derecho a vivir del animal en cuestión. Un abuso así del libre albedrío revela en sumo grado que su origen es un ser inacabado. Todavía tiene un trecho de camino por recorrer en el ámbito de la evolución antes de que llegue a ser un hombre a imagen y semejanza de Dios. Aún no sabe que matar animales o seres animales no es ninguna condición vital para vivir, y que la alimentación vegetal es su alimento verdadero y normal. Es, entre otras cosas, debido a esto que su modo de ser es una infracción del quinto mandamiento: No matarás. Es obvio que el hombre con este modo de ser mortífero bloquea su propio libre albedrío, ya que la ley del destino hace que los efectos del modo de ser que uno muestra hacia otros seres vivos creen el propio destino. El abuso del libre albedrío es, así, lo único que puede obstaculizar o bloquear la voluntad del hombre, de modo que por un tiempo no tenga libre albedrío. Esta obstaculización, o este bloqueo, del libre albedrío es fomentado en forma de adversidades, decepciones, persecuciones y quejas repetidas por parte de los semejantes. Y un gran campo de enfermedades, invalidez, dolor y preocupaciones y otras muchas formas de detalles oscuros de destino tienen su más profunda raíz en una voluntad que los seres en cuestión desencadenan erróneamente o de la que abusan. Ningún hombre puede alcanzar ninguna felicidad perfecta ni ningún bienestar verdaderamente normal y, con ello, la paz y armonía eternas o el denominado «reino de los cielos» en su interior si no es por medio de su voluntad. Por esto, la adquisición de la voluntad perfecta es lo único necesario tanto para estados como para el hombre concreto.


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