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Los principios eternos sobre los que la voluntad del ser vivo no tiene ninguna influencia en absoluto  2274. Este proceso de transformación de los seres vivos de la oscuridad a la luz y de la luz a la oscuridad o la consiguiente involución y evolución está, por lo tanto, determinado por el principio del ciclo cósmico, eterno y es una condición absoluta para la renovación y mantenimiento de su facultad eterna de experimentar la vida. Sin este principio y la consiguiente renovación y mantenimiento de esta facultad, todo tipo de manifestación y creación y, con ello, toda experimentación de la vida, sería totalmente imposible. Este principio eterno de transformación, el principio del ciclo cósmico de espiral de los seres y, con ello, su involución y evolución, está totalmente por encima de la voluntad de los seres vivos. Este principio eterno, al igual que todos los demás principios eternos, no ha sido originado por ningún acto de voluntad ni por ninguna creación. El resultado de todos ellos es el análisis «algo que es», y todos tienen eternamente este análisis y eternamente tienen que aparecer con este análisis. Tanto la voluntad de los seres vivos como todo lo que, en resumidas cuentas, puede ser manifestado, percibido y experimentado ha sido originado por este «algo que es» y no al contrario. Ningún ser vivo en absoluto puede impedir la evolución de otro ser de animal a hombre, del mismo modo que no puede determinar la hora y la fecha de su propio paso por los distintos estadios, épocas o reinos del ciclo de espiral. Al igual que el planeta Tierra, junto con todo lo que existe en él, nos lleva consigo en su órbita alrededor del Sol, sin que nuestra voluntad tenga ninguna influencia sobre ello, los principios y leyes eternas también hacen que nuestro viaje a lo largo de la trayectoria del ciclo de espiral, de sus épocas y reinos tenga lugar sin que nuestra voluntad tenga ninguna influencia sobre él. Muchos alegarán quizá esto como prueba de que no tenemos ningún libre albedrío en absoluto, y de que el destino de todos los seres vivos está, así, automáticamente determinado de antemano. Pero esto no es cierto, una manera así de ver las cosas sólo puede existir como un pensamiento burlón.


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