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| Por qué hay que nacer de nuevo en la zona física | 2268. En un reino o una esfera, donde las disposiciones animales no existen, es, naturalmente, imposible desarrollar la facultad del amor. En esta zona se puede manifestar o desplegar el mayor o menor grado de amor que se ha adquirido en la zona física, pero desarrollarlo más allá de este límite es imposible en el mundo del propio amor. ¿Cómo podría tener lugar esto? Donde el sufrimiento y el dolor, la pena y la adversidad sólo existen como un conocimiento teórico, un fenómeno o fantasía abstracta, es imposible consolidar nuevas experiencias de amor con el grado de sentimiento que se presenta donde uno se encuentra en medio del dolor, la desdicha y el sufrimiento. Aquí el amor es curación. En una zona, donde el fundamento de la vida es que todos aman a todos, y donde no hay dolor ni sufrimiento, el amor sólo se puede percibir como un aura de bienaventuranza que se genera de manera automática y no consciente por los hombres de forma igual de natural e inevitable que su permanente respiración y latidos del corazón. Para llegar a tener conciencia despierta diurna del amor, uno tiene, por consiguiente, que nacer de nuevo en el mundo físico, donde puede entrar en contacto con lo contrario o contraste al amor como un hecho o realidad verdadera. |
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