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Las disposiciones «humanas» y «animales» del hombre  2259. Las facultades que estimulan de manera especial la transformación del animal en hombre son el sentimiento y la inteligencia. Mientras el sentimiento, en su primer incipiente comienzo, está conectado de manera fija con los factores de conciencia más prominentes aquí: la facultad del instinto y del peso, en su posterior evolución se conectará cada vez más con la incipiente facultad de la inteligencia. Y esta creciente conexión y desarrollo de estas dos facultades: inteligencia y sentimiento, es la que estimula la transformación del animal en hombre. Y es en esta transformación o transición de animal a hombre donde encontramos hoy al hombre terreno. Como la estructura de la conciencia animal constituye una combinación especial de instinto, peso y sentimiento primitivo, mientras la estructura de la conciencia del hombre perfecto constituye una combinación especial de sentimiento e inteligencia altamente desarrollados, además de una incipiente intuición, la estructura de la conciencia del hombre terreno constará, por consiguiente, más o menos de estas dos estructuras, según se encuentre evolutivamente más o menos lejos del estadio del hombre acabado en el ciclo de espiral. La primera combinación ya hace tiempo que la conocemos como las disposiciones «animales» del hombre, y la segunda combinación como las disposiciones «humanas» del hombre. Mientras las disposiciones animales en su forma pura son estimuladas automáticamente por este instinto, totalmente dominante en este estadio, las disposiciones humanas en su forma pura son estimuladas por un intelectualismo totalmente dominante, humanizado, con conciencia diurna, dirigido por la voluntad, que, a su vez, es lo mismo que el amor total al prójimo.


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