Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1939-2395) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

La adoración primaria a Dios  2235. Nadie se convierte en el hombre a imagen de Dios ni nadie cumple el plan de Dios con el hombre practicando simplemente la adoración ceremonial o simbólica a Dios. Sólo a través del amor a todo y a todos surge el hombre a imagen y semejanza de Dios. La adoración verdadera o primaria a Dios es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Este es el cumplimiento de todas las leyes. Pero, amar a Dios sobre todas las cosas es imposible si no es en virtud de amar al prójimo como a sí mismo, dado que la vida de Dios está en el prójimo, y el prójimo está en la vida de Dios. Donde no amamos a nuestro prójimo, no amamos a Dios. Lo que hacemos contra el prójimo, lo hacemos contra Dios. Pero, como nuestra propia vida también es la vida de Dios, la ley de la vida también hace que lo que hacemos contra el prójimo lo hacemos contra nosotros mismos. Lo agradable o desagradable que ocasionamos a nuestro prójimo nos lo ocasionamos, indirecta y finalmente, a nosotros mismos. Es esta relación con nuestro prójimo lo que hace que nuestro destino sea malo o bueno, según le causemos mal o bien a nuestro prójimo. Y, así, se convierte en realidad que un hombre cosecha lo que siembra.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.