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La temperatura normal del ser como el punto de equilibrio de la conexión orgánica entre el fuego y el frío de su organismo  2181. La combinación mutua de las seis energías básicas no puede, de este modo, disolverse totalmente. Sino que hay exactamente el margen o límite para la conexión y desconexión de las energías, que es necesario para que tengan lugar las reacciones que se convierten para el ser en fuerza, experiencias y, con ello, en experimentación de la vida. La energía del peso, que en su ámbito más interno, es una energía eléctrica o espiritual mesocósmica, se convierte, así, en último término en materia física, donde no aparece como fuego. La energía del sentimiento, que también es una energía eléctrica o espiritual en su fuente más interna, se convierte, al contrario, en frío en su último término en la materia física. Estas dos energías básicas tienen, en sus reacciones físicas como calor y frío, su punto físico normal de equilibrio en la denominada «temperatura normal» de los seres. Esta temperatura normal constituye, por consiguiente, el punto límite de lo que el ser puede soportar de calor y frío o la especial forma de tensión o fuerza vital mesocósmica del organismo físico, a que da lugar la combinación de las dos energías básicas eléctricas, mesocósmicas, el peso y el sentimiento. Pueden surgir situaciones en las que dicha temperatura normal es perturbada, se desequilibra, el calor o el frío del organismo es exagerado. En ambas situaciones, a esto lo llamamos «fiebre». Esta fiebre puede, en ciertas ocasiones, ayudar a curar enfermedades, pero su causa más profunda es un incipiente cortocircuito del contacto con el que el sistema eléctrico mesocósmico del ser está concectado con el sistema eléctrico macrocósmico, en virtud del cual se mantiene el organismo físico. Y si esta fiebre o incipiente cortocircuito no se detiene, se convertirá en tan total, que todo el contacto entre el sistema psíquico o eléctrico del ser y su organismo físico cesará totalmente. Y aquí estamos ante uno de los cortocircuitos totales del organismo físico que en la vida cotidiana se expresan como «la muerte».


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