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La fuerza vital y el ser normal y anormal  2177. La función vital del ser se muestra como un surgimiento de conocimiento y deseos o anhelos. Pero la satisfacción de deseos y anhelos requiere manifestación o creación de lo deseado. La manifestación y creación requieren fuerza. Como acabamos de ver, el ser recibe esta fuerza orgánicamente en forma de la tensión que surge entre su energía del peso y del sentimiento. Y todo el estado de la conciencia, toda la manifestación y experimentación de la vida del ser, su situación con respecto a la evolución, su relación con sus semejantes, sus cualidades y talentos, dicho brevemente, todo el estado de su destino depende, así, exclusivamente de cómo maneja la fuerza o tensión que la relación de oposición entre su energía del peso y del sentimiento produce en su psique. Esta relación puede, por consiguiente, ser de tal manera que el ser no domine en absoluto dicha tensión y se convierta en un juguete de su propia fuerza orgánica. Esta situación es la base de todo lo que forma parte de lo que se denomina anormalidad. Pero esta relación también puede ser de tal manera que el ser domine totalmente esta fuerza de su organismo, de modo que esta fuerza es lo que tiene que ser, a saber, una facultad subordinada. Esta situación crea la base más profunda de toda normalidad.


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