Lee y busca en El Tercer Testamento
Lo eternamente vivo |
2172. Aquí hemos dado una inicial y pequeña visión de conjunto sobre la estructura más interna del núcleo del ser vivo, a través de la cual su yo completa su existencia eterna con una experimentación de la vida y manifestación eternas.
Hemos visto que, al igual que los organismos de las plantas surgen a partir de semillas, granos, pepitas o huesos, los órganos y organismos animales también surgen de los núcleos de talentos.*
Este método de reproducción de los organismos animales depende, en realidad, del mismo principio que los organismos vegetales.
Sin la estructura interior, psíquica de estos núcleos de talentos vegetales y animales y su enraizamiento y almacenamiento en el elemento de destino de la supraconciencia, sería imposible toda reencarnación o renacimiento.
El yo, la supraconciencia, el elemento de destino, la subconciencia, a través de los cuales la experiencia se convierte en conciencia diurna y nocturna, forman, así, conjuntamente «el cuerpo eterno» del ser vivo.
Esta estructura interna del ser vivo no depende en sí misma de la reencarnación o el renacimiento.
Esta estructura eterna, cósmica del ser es la que crea y estimula la reencarnación o renacimiento del ser y no a la inversa.
Esto «eternamente vivo» se garantiza, de este modo, a sí mismo una experiencia y manifestación eternas.
Y aquí tenemos ante nosotros el verdadero o absoluto análisis de «la vida eterna» mencionada en la Biblia.
____________ * Martinus usa aquí la palabra «kerne» que en danés significa tanto pepita y hueso como núcleo, pero en español hueso y núcleo son dos palabras distintas, significando, sin embargo, ambas en sentido figurado la parte central o causa de algo. |
Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.