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| Cuando los estimulantes tóxicos modernos crean cortocircuitos y fugas en el sistema mesocósmico, eléctrico del ser | 2163. Todas estas sustancias no naturales y tóxicas tienen en común que, en mayor o menor grado, influyen de manera especial sobre la electricidad mesocósmica, es decir, por la fuerza motriz anímica o psíquica en todos los organismos de los seres vivos mesocósmicos. Esta influencia perturbará, en cualquier caso, esta fuerza. Pero la perturbación de un sistema eléctrico, lógicamente organizado no puede dejar de crear cortocircuitos, fugas o desviaciones de la corriente eléctrica. Y es precisamente esto lo que vemos en el ser bajo la influencia de estas fuertes sustancias tóxicas. Cuando un ser embriagado a veces muestra fuerte antipatía o tendencias a la pelea, incluso en situaciones en las que de otro modo mostraría simpatía y amabilidad si estuviera sobrio, o cuando bajo la influencia de los estimulantes tóxicos pierde el control sobre su actuación, pierde los escrúpulos, se vuelve obsceno, viola o comete otras anomalías, o se tambalea con paso inseguro, dice tonterías y discute largamente consigo mismo, regaña a derecha e izquierda, a pesar de que allí no hay otras personas, o hace otras cosas anormales parecidas que, si estuviera sobrio, no se podría imaginar hacerlas, es evidente que ha surgido una discordancia entre el ser y su conducta. Ingiriendo estimulantes no naturales o materias tóxicas entra en un estado en el que desencadena acciones o un comportamiento que realmente no desencadenaría, si no estuviera bajo la influencia de dichas sustancias tóxicas. Estos estimulantes tóxicos están en condiciones de actuar sobre la voluntad del ser. Pero como la voluntad del ser es lo mismo que la manera en que maneja su pensamiento y éste es, a su vez, lo mismo que el manejo de sus impulsos de fuerza eléctrica que, a través del organismo físico, originarán sus manifestaciones y manera de ser, vemos cómo la discordancia surgida es una perturbación que se adentra profundamente en el sistema mesocósmico del ser. Algo igual de peligroso y destructivo sucede también con todas las otras sustancias tóxicas que se han convertido en estimulantes modernos. |
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