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Los hombres y la electricidad macrocósmica, espíritu o psique y organismo  2145. Mientras los hombres no conocen demasiado del análisis de las fuerzas psíquicas como «espíritu», conocen, al contrario, en un cierto campo, estas fuerzas como «electricidad». Este campo constituye la electricidad macrocósmica. Sin embargo, poseen este conocimiento sin saber que esta electricidad es espíritu macrocósmico. Creen que la electricidad es una fuerza puramente física, porque hasta cierto grado la pueden medir, del mismo modo que pueden medir las materias o sustancias físicas. Pero esto no altera su análisis cósmico como espíritu macrocósmico. Este espíritu constituye la fuerza de la conciencia de la Tierra y, por lo tanto, forma parte de la estructura psíquica de este ser. Constituye una fuerza psíquica de un ciclo de espiral, encima del ciclo de espiral de los hombres, en el que se encuentra la Tierra como ser vivo. Que la fuerza psíquica de este macroser tenga que estar de acuerdo con su gigantesco organismo y su gigantesca conciencia, en relación con la psique de un ser mesocósmico, por ejemplo, la de un hombre, es algo natural. Que como fuerza eléctrica tiene que ser millones de veces más fuerte que la fuerza psíquica de los seres mesocósmicos y, por lo tanto, en un estado no retenido tiene que ser directamente mortífera para estos seres es, así mismo, natural. Del mismo modo que los hombres, hasta un cierto grado, pueden manipular la materia física del macroser para mantener, de esta manera su vida física, pueden crear herramientas, pueden construir casas, fábricas y máquinas, al igual que pueden sembrar y cosechar y de otras maneras pueden obtener su alimento de estas materias, también pueden, hasta un cierto grado, manejar la fuerza psíquica del macroser. Esta fuerza es la que, como ya hemos dicho, han sido capaces de usar en los motores eléctricos. Es esta misma fuerza la que alumbra en las bombillas eléctricas, las máquinas de rayos X, los tubos de neón y los televisores, del mismo modo que también vibra en las radios, el radar y los aparatos electrónicos. También es esta fuerza la que los hombres han descubierto que podían desencadenar en forma de sus bombas atómicas y de hidrógeno y parecidas. ¿Y cómo podrían mantener los seres mesocósmicos: plantas, animales y hombres su vida física si no se encontrasen, precisamente, en el organismo de un macroser? ¿Cómo podrían surgir todas las materias, agua, aire, alimentos, etc., que son una condición vital para la vida física, si el planeta, la naturaleza y la fuerza en que viven no fueran, precisamente, un organismo vivo? ¿Cómo podrían existir, por ejemplo, todos los microseres que se encuentran en nuestro propio organismo, y que son una condición vital para nuestra vida física, si, del mismo modo, no vivieran en nuestro organismo o en otro parecido que fuera macrocósmico para ellos, y con las materias de este organismo no pudieran alcanzar el cumplimiento de las condiciones sin las cuales su vida física sería imposible? ¿Cómo podrían realizarse todas las funciones, de las que las diversas materias condicionantes de vida son un resultado, si no tuvieran, precisamente, lugar en un organismo vivo? ¿Cómo podría existir un organismo vivo si no fuera sobre la base de una cooperación recíproca, condicionante de vida entre sus propias funciones y las de sus microseres? ¿Cómo podría existir un macroser y obtener las materias que condicionan su vida física sin ser, así mismo, un microser en un macroser, al igual que los microseres de su propio organismo? Que los planetas, los sistemas solares y las galaxias no son acumulaciones de materia muerta se convierte en un hecho no sólo a través de sus funciones lógicas y sistemáticas, que dan lugar a la vida en la zona física, sino también porque, en resumidas cuentas, están en movimiento. Ninguna causa primera de un movimiento físico puede existir sin ser la penetración de fuerza psíquica o espíritu en la materia física en cuestión. Esta presencia de espíritu o fuerza psíquica tras cada movimiento es lo que hace de éste la característica más noble de la vida. Como, de este modo, lo que hay tras la existencia y el movimiento de las galaxias, los soles y los planetas es fuerza psíquica o espíritu, que a su vez es lo mismo que conciencia, no es extraño que cumplan exactamente las condiciones necesarias para que las diversas formas de vida física de su dominio puedan manifestarse. ¿No es el mismo principio el que condiciona la creación de posibilidades de vida para los microseres de nuestro propio organismo? Si tras él no hubiera fuerza psíquica o espíritu, ¿cómo podría entonces tener la microvida normal posibilidades de vida en él? Los procesos creadores de la naturaleza, fuera de nuestro organismo, ¿no forman parte de una estructura en actividad, organizada igual de lógicamente que la que existe en el interior de este organismo? La naturaleza fuera y dentro del organismo, ¿no es igual de racional y no está igualmente sujeta a leyes? ¿Y no es, precisamente, esta sujeción a leyes el fundamento que determina toda clase de vida? Pero, ¿cómo puede algo, de este modo, ser lógico o racional sin ser una manifestación de pensamiento, conciencia o psique?


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