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Por qué hay que perdonar al prójimo  2129. Y ahora el Padre y el hijo se acercaban al final de la exploración de la parte de la gran aventura de la vida que se llama mesocosmos. Sin embargo, todavía quedaba detenerse un poco en la causa fundamental de la existencia de la oscuridad. Y el Padre eterno exclamó: «¡Mi querido y amado hijo! Ahora has experimentado conmigo la naturaleza y misión del amor, al igual que has experimentado los terrenos de la oscuridad, el dominio del cataclismo o día de juicio. Has visto la luz más elevada del amor y el horror de la oscuridad negra como la noche. Por lo tanto, también estás de acuerdo en que estos dos grandes contrastes de energía son absolutamente necesarios para que la estimulación o mantenimiento de la facultad eterna de experimentar la vida de los seres pueda, en resumidas cuentas, tener lugar. Si los seres no experimentasen los terrenos de la oscuridad o muerte, me sería imposible darles la experiencia de mis terrenos de luz. Todo saber, todo conocimiento, toda percepción depende exclusivamente de la relación entre los contrastes. Donde no existe ningún contraste, no puede existir ninguna relación. Donde no existe ninguna relación, no hay nada a percibir. Para despertar a Adán de su sueño, es decir, la adormecida conciencia de los seres vivos en el reino de la bienaventuranza y, así, traerlos a la vida más allá de la materia mineral, sólo hay un único camino, a saber, «el disfrute del árbol de la ciencia» que, a su vez, es lo mismo que el camino de las experiencias o vivencias hechas por uno mismo. Por este camino, al ser se le ha permitido manifestar el presunto «mal» y el presunto «bien» que, a su vez, es lo mismo que manifestar respectivamente errores y perfecciones. Como los errores sólo pueden venir de ignorancia, y como los errores producen, a su vez, el conocimiento que, finalmente, pone al ser en condiciones de evitar los errores, ves aquí que «el disfrute del árbol de la ciencia» no es «el pecado» que la superstición manifiesta en ciertas áreas de los dogmas religiosos. Nadie puede evitar cometer errores en los campos en los que no tiene ningún conocimiento. Y si los hombres no tuvieran acceso a cometer errores, nunca podrían adquirir conocimiento. Aquí también ves la naturaleza de mi amor universal que todo lo impregna. Aquí ves, mi querido hijo que «el árbol de ciencia» es, en realidad, el camino al «árbol de la vida», es decir, la existencia totalmente perfecta o la que revela al «hombre a mi imagen y semejanza». Fue en virtud del conocimiento sobre la verdadera y absoluta verdad sobre «el pecado» y «el mal» que en la cruz Cristo pudo perdonar a sus enemigos y exclamar: «...porque no saben lo que hacen». Fue esta inalterable verdad cósmica la que era el fundamento de su exhortación sobre el hecho de que los hombres no sólo tenían que perdonar siete veces al día, sino hasta setenta veces siete veces al día, que, en realidad, quiere decir que tenían que perdonar a su prójimo o semejantes en todas las situaciones que, en resumidas cuentas, puedan surgir. Y aquí también ves que esta verdad científica fue el núcleo del mensaje redentor del mundo que yo le había encomendado a mi amado mensajero que revelase en la Tierra. Fue este conocimiento infalible sobre el perdón del pecado lo que lo reveló en la cruz como el hombre perfecto a mi imagen y lo convirtió en el modelo redentor del mundo con un modo de ser perfecto frente a la humanidad. De esta manera, ves que sin que la humanidad haga suya esta misma verdad de que todo el presunto «pecado» o «mal» se debe a ignorancia o evolución inacabada y, por consiguiente, tiene que perdonarse, la humanidad permanecerá en el cataclismo de la guerra y los sufrimientos. También sabes», continuó el Padre eterno, «que este perdón no significa que los seres no deban defenderse contra el eventual peligro de muerte o sufrimiento que un ser así, inacabado o ignorante, puede causar. Pero esta protección no puede basarse en amargura, ira o castigo. Tiene que tener en consideración al cien por cien la ignorancia que siempre es la verdadera causa de la situación en cuestión».


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