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Lo que caracteriza a los mensajeros divinos o verdaderos redentores del mundo  2123. «Los seres que, en particular, persiguen a los portadores de luz o creadores de cultura, que he mandado a los mundos inferiores», continuó el Padre eterno, «son muy frecuentemente seres que desempeñan un prominente papel en sectas o entidades religiosas. En el movimiento, al que un nuevo enviado mío siempre da lugar, ven una especie de engaño a la gente. Las autoridades o líderes de estas entidades son, por lo general, los más ortodoxos y, por lo tanto, no pueden ver que el conocimiento o modo de ver los hechos eternos, que son el fundamento de su secta o entidad, están anticuados y, considerados como factor cultural, en decadencia. No comprenden en absoluto que este nuevo esclarecimiento o análisis más perfecto de los hechos eternos de la vida, que por medio de mi nuevo mensajero le revelo al mundo, es la mano del amor con la que sigo estimulando la dirección de la humanidad hacia la luz o en dirección ascendente hacia las más altas cumbres de la vida. Por lo tanto, estas autoridades eclesiásticas o religiosas no serán las primeras, sino las últimas, en aceptar mi nueva manifestación de la luz.
      Pero, aparte de esto, hay otro tipo de seres que también, en mayor o menor grado, sienten antipatía hacia el redentor del mundo y su misión. Son seres que, debido a unas disposiciones con características psicopáticas, creen que ellos mismos son el redentor del mundo o, como mínimo, han alcanzado la iniciación cósmica. Estos seres son más peligrosos para los hombres que para el redentor del mundo, ya que son capaces, por un tiempo, de llevar a seres ignorantes o poco evolucionados por caminos anímicos o espirituales extraviados. Estos seres no tienen, en realidad, ningún otro conocimiento cósmico que el que ellos mismos han leído en libros o que otros seres les han contado. Pero a este conocimiento de segunda o tercera mano le imprimen sus propias ideas religiosas, nacidas de su fantasía enfermiza, que enseñan como absolutamente la única panacea o verdadero camino para la salvación de la humanidad. Y aquí tenemos», continuó el Padre eterno «a los más o menos «falsos profetas» que yo, a través de mi amado hijo Jesucristo, anuncié que surgirían más tarde. Aquí, no menos que en cualquier otro caso, está en vigor que el árbol se conoce por sus frutos. Y «los frutos» o lo que caracteriza a mis mensajeros verdaderamente iniciados es exclusivamente que estos seres prefieren sufrir ellos mismos a que la humanidad sufra. Incluso, están dispuestos a morir para el bien de la humanidad, si es necesario. El que no se atreve o no puede hacer esto, revela que todavía no conoce su inmortalidad o el mayor mandamiento de la ley de la vida que dice que sólo quien da su vida por otros la ganará, mientras que el que no pueda dar su vida por otros la perderá. Esto es lo que caracteriza a mis mensajeros cósmicos, a los maestros de la redención del mundo y a sus discípulos más evolucionados.»


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