Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1939-2395) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Un universo millones de veces menor que las partículas que son la última frontera de lo que se puede observar con un microscopio  2115. El Padre divino continuó: «No es extraño que el panorama cósmico, el mundo de estrellas que en mi compañía tienes ante ti te parezca extraño y especial, porque tu facultad sensorial, en virtud de que ahora no depende de tamaños determinados, no depende de espacio ni tiempo, enfoca ahora hacia un campo de visión, hacia un panorama que es tan pequeño, visto desde tu anterior lugar en tu mesocosmos, que cada uno de sus soles y planetas ni siquiera pueden verse con microscopios u otros instrumentos ópticos, aunque pudieran ampliarse cientos de miles de veces. Desde tu punto de observación habitual, desde el que tus sentidos observan en el mesocosmos, este universo en el que te encuentras aquí, uno conmigo, sólo es visible como masa de materia, como sustancias sólidas, líquidas y gaseosas, que sólo son conocidas o experimentadas por los investigadores materiales como fenómenos químicos y técnicos, a los que han dado nombre según sus reacciones y estructuras especiales. Esta investigación es el fundamento de la ciencia materialista. Le ha dado a la humanidad de tu mesocosmos bienes inmensamente grandes, pero no da ningún conocimiento o información sobre el universo y la vida que esta materia contiene, y que tú, en virtud de tu conciencia cósmica, experimentas aquí. Pero, ¿cómo iban a poder obtener este conocimiento por medio de la mera percepción física? El universo que tú y yo experimentamos aquí, se encuentra cientos de miles de veces por debajo de los conceptos de tamaño o dimensión en el espacio y el tiempo que constituyen la frontera para la percepción puramente física o material. Enfocando nuestro pensamiento y nuestro espíritu de manera particular, podemos experimentar de cerca, desde el punto de observación en que nos encontramos en el microcosmos, el mundo de estrellas que ves aquí. De esta manera, podemos dominar con nuestros sentidos este panorama, sin telescopios ni microscopios, de modo que podemos tener una visión total de esto. Así mismo, podemos acercar tanto a nuestros sentidos este universo del micromundo que podemos observar sus detalles concretos más importantes. Y ahora, mi amado hijo, vas a ver en mi compañía la parte de despliegue de la vida en las esferas celestes que, por su tamaño, tiene su lugar tan lejos de tus acostumbrados conceptos de tamaño como las más lejanas constelaciones de estrellas de tu macrocosmos habitual, que sin ayuda de telescopios no están dentro de tu habitual campo de visión. Del mismo modo que estas constelaciones de estrellas están a cientos de miles de años luz de tu visión ordinaria, las constelaciones de estrellas ante las que aquí te encuentras están tan inmersas en el microcosmos, que se tendrían que usar expresiones astronómicas semejantes si se tuviera que expresar la diferencia de tamaño en cifras en la zona material. Podemos por lo tanto, como se mencionó antes, decir que el mundo de estrellas que tenemos ante nosotros es millones de veces menor que el mundo de estrellas que ves en tu lugar ordinario en el mesocosmos.»


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.