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Microcosmos, macrocosmos y mesocosmos  2078. Este dominio del amor o reino de Dios se nos manifiesta con una estructura externa que denominamos «universo». Para cualquier observador, este universo se manifiesta con tres partes o zonas con una perspectiva especial, el microcosmos, el macrocosmos y el mesocosmos. Originariamente, el universo sólo se ha visto como dos zonas, pero aquí, en «Livets Bog», se nos ha dado una visión más detallada de la estructura del universo que nos muestra «el mesocosmos» como un cosmos particularmente independiente. Mientras el microcosmos y macrocosmos resulta que son un mundo de estrellas tanto en lo pequeño como en lo grande, el mesocosmos muestra, al contrario, todas las formas especiales con las que la materia o sustancia es llevada a manifestarse en virtud de una energía cinética, presente en todas partes. Desde nuestro propio organismo y descendiendo hasta las más pequeñas formas de organismos de seres vivos visibles para nosotros, desde las más duras formaciones rocosas y minerales hasta las más etéreas formaciones de nubes y fenómenos en forma de rayos, desde todo lo que existe producido por formas de vida humanas, animales y vegetales, dicho brevemente, todas las formas y cosas que existen, que divergen de la forma de soles y estrellas del macrocosmos y microcosmos, constituyen el «mesocosmos». Estas dos formas de cosmos se caracterizan, precisamente, por su forma. La forma de estrella del microcosmos no es, ciertamente, visible a simple vista, pero por medio de los instrumentos y cálculos de la ciencia se ha convertido en un hecho para la humanidad en forma de la ciencia nuclear. Para la visión cósmica éste es, en realidad, el mismo principio que observamos en el microcosmos y macrocosmos. La diferencia sólo es una diferencia de perspectiva. Una de estas áreas se nos muestra como pequeña y la otra como grande. Pero entre estas dos áreas de lo pequeño y lo grande tenemos, por consiguiente, el mesocosmos que constituye nuestra directa experimentación cotidiana de la vida.


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