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| Cómo entró en el cristianismo la superstición sobre «la salvación» por «la gracia» y «el perdón de los pecados» | 2069. Pero, este «cristianismo» sólo ha sido practicado a la perfección por él y no puede ser practicado hasta la misma perfección por un ser, antes de que este ser haya llegado a vivir con amor hacia su prójimo. Debido a esto, Cristo fue considerado por la conciencia del mundo posterior como un ser de una altura y perfección espiritual tal, que este estado era inalcanzable por otros seres. Así entró en el mundo la superstición y la desviación del cristianismo de que todos los demás seres sólo pueden salvarse por «la gracia» y «el perdón de los pecados». Lo esencial de la religión no era, por consiguiente, el núcleo del verdadero cristianismo: el amor al prójimo, el perdón y la abolición de la guerra y la espada, sino, al contrario, una especie de comercio con indulgencias. Pidiendo de manera especial «el perdón de los pecados» en «nombre de Jesús» no era necesario hacer buenas obras, no era necesario corregirse. Si se podía hacer esto del modo especialmente prescrito para ello, uno podía «salvarse» o ser liberado de las consecuencias de sus malas acciones o modo de ser no cristiano. La práctica de este tipo de oración, complementada con el sacramento de la comunión, era lo que tenía que darle al «pecador» arrepentido «el perdón de los pecados» y, así, se convirtió en lo esencial de la actitud «cristiana» de los hombres con respecto a la falta de cristianismo en el modo de ser. |
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