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| Ver el universo como un conjunto de estrellas y galaxias no es ninguna solución del misterio de la vida | 2049. Hemos llegado al velo del santo de los santos que, como hemos dicho, se muestra en la zona física como el cielo estrellado en la noche. Aquí quizá se argumente que, en todo caso, este cielo sólo es un conjunto de soles, galaxias y nebulosas luminosas en un inmenso «espacio vacío». Y, visto desde el punto de vista físico corriente, esto es cierto, pero, ¿es este el resultado final? Por supuesto que no. Ver el universo como un conjunto de nebulosas y galaxias no es ninguna solución del misterio de la vida. Aquí llegamos a un campo donde tenemos que comenzar a ver la presencia de una realidad totalmente distinta a la física habitual. Y en virtud de nuestro pensamiento actual, entrenado en los análisis cósmicos y familiarizado con ellos, el pensamiento según los pensamientos y la conciencia de Dios o el pensamiento que constituye el denominado «espíritu santo», veremos ahora que el mundo físico exterior no es en ninguna situación lo que parece ser, y que lo que parece ser, no puede ser nunca, en ningún caso, la verdad primaria, es decir, esencial o absoluta y más profunda. Esta visión será en todas las situaciones un fenómeno secundario a través del cual se revela una realidad o un mundo de vida totalmente distinto. |
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