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El origen de las cosas creadas, el yo y la vida  2043. Como las cosas creadas están, por sí mismas, sin vida, es imposible que se creen a sí mismas de una manera planificada o lógica. Ellas mismas no pueden ser la causa de que se conviertan en un bien para los seres vivos. Ni una casa ni una pieza de ropa se ha inventado o creado a sí misma para el fin útil que cumple. Aquí tiene que haber algo más que no está sin vida. Este algo más puede, por lo tanto, experimentar movimiento o creación, de hecho, él mismo puede, en virtud de su organismo, iniciar una creación. Este algo es el origen de las transformaciones, y el que se beneficia de ellas. Este algo es el elemento existente, no manifestado que llamamos «el yo», que está en nosotros mismos y tras todos nuestros movimientos y manifestaciones. Por medio de su conexión con estas manifestaciones, este elemento se hace visible para nosotros como «lo vivo» de los seres vivos y tras todas las manifestaciones. Estas manifestaciones son, por consiguiente, la expresión de este algo vivo. Y a esta manifestación del ser vivo a través del movimiento y modelado de la sustancia es a lo que llamamos «la vida» que, a su vez, es lo mismo que conciencia, pensamiento y voluntad.


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