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El absolutamente único camino verdadero al «gran nacimiento» o santo de los santos del templo de la vida  2003. ¿Cómo se puede entrar tan en contacto con el plan divino o las fuerzas supremas por un camino artificial que, directamente, pueda haber riesgo de perder la propia salud espiritual? Como ya hemos aprendido por medio de esta obra, sólo hay un único camino que conduce a los mundos superiores, a la conciencia cósmica o el gran nacimiento. Este camino es la purificación total de la conciencia por lo que respecta a las tendencias animales o el presunto «mal», de modo que el amor absoluto al prójimo se haya convertido en lo absolutamente primario o esencial de toda la propia manifestación y conducta. Pero esta purificación y total transformación de uno mismo de animal en hombre no es algo que pueda hacerse inmediatamente con un acto de voluntad, del mismo modo que con esta voluntad uno puede ponerse de pie y caminar o vestirse de una u otra manera. Pero practicando constantemente hacer el bien, entrenándose en pensar bien de los que persiguen y odian a uno, pidiendo perdón por la ira, cuya manifestación uno fue incapaz de evitar, viviendo para servir a otros seres vivos y, en resumen, estando totalmente dispuesto a ser una alegría y una bendición para todo con lo que uno entra en contacto, entonces uno es transformado de un modo muy natural en contacto con el propio método creador de la naturaleza. La naturaleza no hace nada a saltos, sino que alza cada cosa a través de sus pequeñas y delicadas fases de evolución de un estadio al siguiente. La transformación del animal en hombre también tiene que tener lugar de la misma manera. En este proceso evolutivo la transformación tiene lugar de una manera sin prisas, de modo que los órganos latentes o zonas cósmicas del cerebro puedan, de modo correspondiente, transformarse y adaptarse a las vibraciones con las que se manifiestan las más altas energías.


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