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La protección del santo de los santos del tabernáculo, que conllevaba peligro de muerte, es también un símbolo de la protección del «reino de los cielos» contra la intrusión de personas indignas  1999. En tiempo del Antiguo Testamento aún no se había llegado a carecer tanto de conciencia espiritual. Intuitiva o instintivamente se comprendía que la fuerza misteriosa del templo era la fuerza de Dios. Se comprendía que cuando se movilizaban las condiciones particulares en una situación determinada, la fuerza de Dios se hacía presente. Y, de acuerdo con una vieja tradición heredada, se sabía cómo había que comportarse para conseguir que la fuerza de Dios protegiera contra la profanación del santo de los santos, y contra que gente ingenua y extraña se apropiase de la sabiduría heredada, el viejo conocimiento sobre la fuerza de este Dios y otros muchos secretos sobre el uso de las fuerzas misteriosas, que se habían guardado en el arca de la alianza. Pero, del mismo modo que el templo con sus atrios, el santo y el santo de los santos no sólo era expresión de un espacio físico y una clasificación física de los hombres, sino que era símbolo de una verdad oculta mucho más grande, la protección del santo de los santos, que conllevaba peligro de muerte, también era un símbolo de la verdadera protección espiritual contra el intento, por parte de hombres indignos e inacabados, de penetrar por caminos anormales en el propio reino de los cielos o mundos espirituales superiores.


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