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| Todos los fenómenos creados son espacios vacíos y, por consiguiente, son ilusiones | 1978. Por lo tanto, en sentido absoluto la materia sólida no existe, de hecho, desde el punto de vista cósmico su existencia es en sí misma algo imposible. Con fuerza intelectual e intuitiva suficiente podemos, de este modo, penetrar toda la solidez y verla como espacio vacío sin materia. La solidez era, por consiguiente, una ilusión, pero la ilusión no la podemos quitar. Representa el hecho de que algo irreal puede llegar a percibirse como real. Granito y mármol, platino y otras sustancias sólidas son hechos experimentados y, por consiguiente, son suficientemente reales desde el campo sensorial a través del cual se experimentan. Pero, ¿cómo puede ser que sustancias masivas, sólidas e impenetrables se puedan experimentar como hechos tangibles, cuando estas sustancias sólidas sólo son, en realidad, en sí mismas espacios vacíos? ¿Es, entonces, la sensación que se tiene de todas las otras clases de sustancias, de las sustancias menos sólidas o totalmente porosas también una ilusión? Tienen necesariamente que ser en sí mismas espacios vacíos. De hecho, todo el encanto de un día de verano, todas las escenas y revelaciones de hermosura, ¿sólo son también una cuestión de sustancias de diferente densidad? Cuando contemplamos los imponentes escenarios de un día de verano con sus miles de caricias para la mente y, por consiguiente, para la vida y el modo de ser, sólo contemplamos, así mismo, desde el punto de vista cósmico, el interior de un mundo de espacio vacío. Por lo tanto, el espacio vacío es el resultado cósmico absoluto tras toda percepción. El espacio vacío es, así pues, un hecho eterno. El espacio vacío no es ninguna ilusión. Pero todo lo que se muestra como algo distinto a espacio vacío es, por consiguiente, una ilusión. |
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