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Incluso la materia más sólida es un mundo formado por espacio vacío  1977. Nuestro mundo navega por su órbita eterna, a través de las inmensas profundidades del espacio celeste, con vista a la Vía Láctea con sus miles y miles de soles, estrellas, nebulosas luminosas, cometas y otras revelaciones en el cielo. Nuestra estancia y presencia en este mundo de Dios es nada menos que un milagro. El formidable panorama que contemplamos es un mundo de tormentas y huracanes, que se manifiestan como torbellinos retenidos en forma de ciclo. Los ciclos son, a su vez, combinaciones de movimientos, accesibles para los sentidos en forma de materias sólidas, líquidas, gaseosas y en forma de rayos. Nuestro mundo navega avanzando a través del espacio con una velocidad de muchos kilómetros por segundo, y, sin embargo, nos parece que permanece quieto. Experimentamos granito y mármol, diamante y platino y percibimos estas sustancias como materia sólida. Y, no obstante, estas materias sólo son partículas luminosas entre las cuales hay distancias inmensas en relación con el tamaño de las partículas. El área del espacio vacío entre estas partículas es miles de veces más grande que el área que conjuntamente forman las partículas. Pero, en contacto con fuerzas psíquicas, estas partículas son ciclones (movimientos de los ciclos), en virtud de los cuales forman la relación de contraste a nuestros órganos de los sentidos que percibimos como materia sólida o condensada. Del mismo modo, dichas partículas están formadas, así mismo, por micropartículas en espacios vacíos sobredimensionados en relación con el tamaño de las partículas, y así continuando. Estas pequeñas partículas son, así mismo, ciclones o ciclos. Cualquier sustancia sólida, por sólida que parezca, no es en sí misma o en su análisis más profundo ninguna zona masiva, sólida e impenetrable. Por su naturaleza y en una cierta dimensión sensorial está, al contrario, tan abierta y es tan fácil de penetrar como un mundo de aire, en realidad, es todavía más ligera. De hecho, es un mundo de espacio vacío. La sustancia más sólida, el granito o mineral más duro están, por consiguiente, igual de abiertos y son igual de penetrables que nuestro macrocosmos o universo con todos sus soles y galaxias, planetas y estrellas. Creer que las sustancias sólidas son, en su más profundo análisis, verdaderamente sólidas es tan disparatado como lo sería creer que el macrocosmos, con sus inmensas zonas de espacio vacío, es compacto e impenetrable como el mineral más duro.


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