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| Lo que experimentaremos en nuestro viaje a través del tiempo, el espacio y la eternidad | 1975. Hemos avanzado tanto en nuestro estudio de la vida, que hemos sido provistos de los diversos conocimientos previos, necesarios para que podamos comenzar a realizar un viaje a través del «reino de Dios» sobre las alas de nuestro intelectualismo. Viajaremos por zonas y esferas tan sumamente luminosas y geniales en su culminación del amor y por esferas, correspondientemente, tan oscuras que ninguna imaginación terrena puede aproximarse a estas alturas y hacerse una idea de la omnipotencia y sabiduría divina en el arte de crear y experimentar la vida que aquí se nos va a revelar. En fracciones de segundo, viajaremos miles y miles de años y tendremos la posibilidad de ver, juntamente con la Divinidad, no sólo que un día es para el Señor como mil años, sino también a experimentar como un hecho que esta misma experiencia fuera del espacio y el tiempo o en el cosmos eterno también fue válida para cualquier otro ser vivo y, por consiguiente, también es válida para nosotros mismos. Con Dios en nuestro propio interior, siendo uno con Dios en todos los acontecimientos exteriores, podremos, de este modo, viajar sin peligro a través de todas las zonas de la vida o las muchas moradas de la casa del Padre. Por todas partes nos iluminarán y protegerán los rayos del amor, indiferentemente de la zona o esfera que atravesemos. En todas partes nos encontraremos ante el resplandor del rostro de Dios, y en esta luz del intelectualismo y del amor, en esta luz que todo lo penetra presenciaremos que «todo es muy bueno». En esta relación íntima con nuestro Padre eterno vamos a comenzar la marcha por sus mundos eternos, físicos y espirituales. Atravesaremos el universo o cosmos, tanto el microcosmos y macrocosmos como el mesocosmos y, así, nos familiarizaremos con las zonas de nuestro hogar cósmico o divino y eterno. Nuestro punto de partida es el mundo físico actual en el que vivimos. Y desde aquí seguiremos viajando hasta que hayamos atravesado el tiempo, el espacio y la eternidad y nos encontremos de nuevo en nuestro punto de partida físico. |
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