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«La muerte de Eva» produce el nacimiento de la luz  1974. Del mismo modo, «la muerte de Eva» (el cese de la unipolaridad) es el fundamento del nacimiento de la luz, dado que el cese de este estado y, con ello, la entrada en funciones de la bipolaridad como creadora de conciencia no produce ninguna tendencia a favorecer a ningún sexo contrario, dado que en este estadio no existe un sexo así. Como aquí todos son bipolares, todos los seres de la especie son como un sexo contrario, al que ahora se está orgánicamente predestinado a poder amar, del mismo modo que en la unipolaridad se está predestinado a sólo poder amar al sexo contrario. Por lo tanto, aquí la ley del amor al prójimo se hace actual, dado que aquí se ha evolucionado para poder amar orgánicamente a su prójimo como uno se ama a sí mismo. Y sólo con el cumplimiento de esta ley se puede encontrar la felicidad absolutamente verdadera, la felicidad que se denomina «el reino de los cielos», «el gran nacimiento» o ser «uno con el Padre» y mostrarse a «imagen y semejanza de Dios». No vamos a ocuparnos más de estos ámbitos, porque ya hace tiempo que los hemos tratado en la parte sobre «el fuego supremo». Que nombremos estos análisis se debe, simplemente, a que ayudan a mostrar el fundamento de la reencarnación y el mantenimiento eterno de las zonas de existencia, y la entrada y salida de los seres de estas zonas de existencia o zonas de vida o su experimentación de ellas.


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