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| La culminación del paso del ser por el reino de la bienaventuranza | 1961. A la experimentación de la vida en esta época de despliegue mínimo ya la conocemos como reino de la bienaventuranza o mundo interior. En cuanto a la conciencia, en este mundo el ser está totalmente liberado del mundo exterior. Aquí vive exclusivamente en sus recuerdos. La facultad de recordar está aquí en su punto máximo. Cuando el ser llega a residir temporalmente en la zona culminante de este reino, tiene una memoria que es el fundamento absoluto de su experimentación de la vida en este estado, del mismo modo que su cuerpo físico es hoy el fundamento de sus experiencias físicas o estado material. En este estado culminante de la memoria puede tener conciencia diurna despierta de sus recuerdos a lo largo de todo su actual ciclo de espiral, por cuyo mundo exterior ya ha pasado totalmente. No vamos a entrar en detalles sobre la culminación del paso cósmico de los seres por el reino de la bienaventuranza, dado que en el apartado 391 y siguientes del segundo volumen de esta obra ya lo hemos descrito detalladamente. El paso que aquí, al contrario, vamos a describir es otro paso por el reino de la bienaventuranza que llamaremos «el paso por la vida terrena». |
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