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La lógica del plan del universo y la lógica local  1956. Como todos los seres vivos son órganos de un organismo, «el organismo de Dios», es evidente que estos órganos están adaptados para trabajar juntos. En caso contrario no cumplen su objetivo, y entonces hay una desarmonía en el organismo en cuestión. Vemos lo que sucede en nuestro propio cuerpo, cuando uno o varios órganos se vuelven defectuosos y no pueden cumplir su misión. Enfermamos y nos sentimos mal, tenemos que ingresar en el hospital para, en el mejor de los casos, ser remendados un poco para poder seguir adelante cojeando o, en el peor de los casos, experimentar la destrucción del organismo y, por consiguiente, la presunta muerte. Trabajar conjuntamente con los seres que nos rodean, de modo que en la vida con ellos haya armonía, paz y alegría perfecta, es absolutamente lo principal en la existencia de los seres vivos. En caso contrario, la parte del gran organismo, en el que vivimos, nos movemos y somos, enferma y, por consiguiente, es menos apto como residencia para nosotros en nuestra vida cotidiana. Estar en contra de servir a los seres que nos rodean es lo mismo que ir en contra de la lógica del plan del universo. Pero esto no significa que no se pueda estar en contacto con otra lógica que aquí llamaremos «lógica local».


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