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| Todo está sometido al principio del ciclo y, por consiguiente, está en movimiento o se está transformando | 1947. Adquiriendo conocimiento sobre la vida en nuestra propia espiral, adquirimos conocimiento sobre la propia estructura eterna de la vida. Esta estructura condiciona que toda manifestación de energía vaya en ciclo. Esta estructura es la que hace que haya día y noche, verano e invierno. Es la misma estructura la que hace que el agua, por ejemplo, aparezca alternativamente como agua de cloaca, sea filtrada por la tierra, fluya como agua de manantial cristalina, se convierta en atmósfera, se convierta en cielo azul, en aurora matutina y crepúsculo vespertino, para convertirse, de nuevo, en agua de cloaca y así sucesivamente. También vemos cómo las demás materias están en movimiento en forma de estado sólido, líquido, gaseoso y en forma de rayos. Todo está en movimiento, todo está en transformación, todo se encuentra en un ciclo. Así ha sido eternamente y así debe seguir siendo eternamente. De este modo, tiene lugar la eterna transformación de los detalles que forman la vida. Y así tiene lugar la formación de los contrastes en los que se basa la experimentación de nuevos estados de vida y que, otra vez, se convierten en contrastes o base para nuevas experiencias, y así continuando. |
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Síntesis