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| Por qué el ser eterno tiene que experimentar la falta de conciencia cósmica | 1944. Así pues, tenemos aquí ante nosotros el contraste oscuro de la vida. El hombre terreno es un ser que se está formando un contraste en virtud del cual pueda estar en condiciones de experimentar el contrario a este contraste: la vida eterna o la luz suprema, la más alta experimentación de la vida. Sabemos que el organismo o cuerpo no es el verdadero ser, sino que su yo eterno, con su supraconciencia psíquica tras el organismo, constituye, al contrario, el ser eternamente vivo y verdadero. Pero este ser eternamente vivo, no es visible. Sólo puede experimentarse indirectamente a través de sus organismos físicos y psíquicos. Estos organismos son, de este modo, incorrectamente percibidos como los seres verdaderos, pero sólo son combinaciones de materia y, por consiguiente, perecederas. Y cuando el ser eternamente existente en el organismo ya no se materializa en la zona material o visible, los seres ignorantes caen en la superstición de que el ser ahora ha desaparecido y se ha convertido en nada. Esta es la experiencia más fundamental de lo absolutamente irreal o el contraste culminante a lo absolutamente real. Y aquí surge una pregunta que todavía sigue imponiéndose e importunando: ¿por qué el ser eterno tiene que experimentar esta irrealidad, esta falta de conciencia cósmica? La respuesta sólo puede ser que esto sólo ocurre para que el ser pueda llegar a experimentar que está vivo. |
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