Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1591-1938) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Un «macho» en su forma más pura  1930. A uno de estos polos lo conocemos como el polo masculino. En el reino animal, este polo es para algunos seres el factor predominantemente regulador y determinante, dado que el polo femenino sólo existe en este ser en un estado latente. El ser es, por consiguiente, un ser en alto grado masculino. Como el apetito sexual o disposición para la simpatía de este ser sólo puede desencadenarse por medio del polo masculino, mientras que su disposición intelectual se desencadena por medio de su polo contrario, es decir, el femenino, y éste está latente, un ser así aparece solamente como un ser en el que domina la característica de «macho», o sea, un ser reproductor. Dado que, como hemos dicho, la disposición intelectual sólo puede desencadenarse aquí por medio del polo femenino, y éste está latente o en su despliegue menor en el ciclo, el intelectualismo de un ser así es, así mismo, algo que se encuentra latente en su estructura espiritual. Un ser de este tipo sólo percibe, por lo tanto, a la pareja y la descendencia. Este ser no tiene ninguna facultad de percibir o ponerse en la situación de todo lo que está fuera de esto. Sólo puede imponerse en virtud de su superioridad corporal con respecto a otros seres. El resultado de esto es, por lo tanto, que aquí la ley de vida es poder en vez de derecho. Esta es la condición de vida del animal. Y ante nosotros tenemos a unos seres cuya vida sólo puede existir en el primitivismo y la oscuridad mental. Y, de este modo, el ser es un «macho».


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.