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| La penetración de las energías cósmicas en el cuerpo físico y en la disposición para la simpatía del ser vivo | 1927. De este modo, hemos visto aquí cómo las energías de los mundos superiores proyectan su sombra en el organismo de un ser vivo, tanto del macrocosmos como del microcosmos. Como se desprende de lo que antecede, la energía del mundo divino o intuición proyecta su sombra sobre los órganos sexuales a través del reino de la bienaventuranza. La energía del reino de la sabiduría o inteligencia proyecta su sombra, así mismo a través del reino de la sabiduría, sobre las regiones del cerebro y los nervios. La energía del verdadero reino humano o la energía del amor perfecto sobre las regiones del corazón y los pulmones, mientras la energía de la zona del principio mortífero o reino animal, la energía del peso, proyecta su sombra sobre los órganos del estómago o digestión. La energía del reino vegetal o instinto proyecta su sombra sobre la musculatura o carne, mientras, como hemos dicho, la energía del reino de la bienaventuranza proyecta su sombra sobre el reino mineral. Las energías de los mundos superiores proyectan, de este modo, su sombra sobre las regiones físicas de los organismos de los seres vivos y determinan su naturaleza primaria. Como el más elevado cuerpo físico existente es el cuerpo del hombre verdadero, es este cuerpo el que se convierte en la sede para la penetración de las más altas energías del ciclo de espiral en el mundo físico. Estas altas energías son el recuerdo, la intuición y la inteligencia. Esto quiere decir, a su vez, que las energías del reino de la bienaventuranza, del mundo divino y del reino de la sabiduría llenan, cada una de ellas respectivamente, no sólo su propio mundo ordinario en la zona psíquica, sino que también penetran en los organismos de los seres vivos en la zona física. Pero esta penetración en la zona física de las energías de los mundos superiores tiene lugar a través de las disposiciones sexuales o simpáticas. |
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