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(1591-1938) 
 
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El beso es el comienzo de un nuevo acto sexual culminante, que se aparta del acto sexual unipolar por el hecho de no estar determinado por el sexo  1916. Los seres todavía no tienen conciencia en absoluto de que besar es un resultado de la incipiente bipolaridad. Surge y se desarrolla en su estadio inicial como una iniciación incitadora al clímax del acto sexual unipolar. Aquí la tendencia a besar ha surgido imperceptiblemente como una necesidad cada vez mayor de la práctica de caricias. Pero esta necesidad o este deseo no tienen nada que ver con la fuerza sexual unipolar, dado que, con la transformación del ser de animal en hombre, está degenerando y se debilita cada vez más. Por lo tanto, no puede originar ningún tipo de aumento de su despliegue. Que el ser, no obstante, sea cada vez más acentuadamente sexual se debe al incipiente desarrollo de energía del polo contrario. Y las primeras tendencias de este polo en dirección al clímax se manifiestan de forma concentrada en una necesidad incrementada de acariciar y un creciente goce al besar. Que este acto o expresión de amor en sí mismo o en su propia forma originaria no es una irradiación de fuerza unipolar se manifiesta, también, a través de que el beso tiene lugar en todas las situaciones en que no tiene nada que ver con la sexualidad unipolar y que, por consiguiente, están fuera de todo lo que está relacionado con el acto de apareamiento ordinario. De este modo, el beso se manifiesta como una caricia entre hijos y padres, entre amigos y personas que se conocen bien. Tiene lugar como caricia de acogida y despedida, como caricia de buenas noches y buenos días. El beso ya es, de este modo, un acto acariciador muy universal. Aquí vemos cómo este acto acariciador, al igual que otras formas de simpatía, es el fuego supremo y en el fondo es, de este modo, un acto sexual que ya aquí, en su primer incipiente comienzo, muestra que no está determinado por el sexo masculino ni el sexo femenino, sino que tiene tendencia hacia lo universal. Aquí diverge del acto unipolar que sólo puede manifestarse con una sexualidad que pone énfasis en un solo aspecto. Este acto sólo puede tener lugar en un contacto entre dos seres de sexo contrario, mientras el acto bipolar totalmente desarrollado se manifiesta como una culminación de caricias basadas en un contacto sexual, no con ser especialmente masculino o femenino, no con un hombre o una mujer absolutos, sino con el ser bipolar totalmente desarrollado, el hombre-dios que aparece a imagen de Dios.


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