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(1591-1938) 
 
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El acto sexual culminante del hombre-K que ya tiene su estadio inicial en el hombre civilizado evolucionado  1915. Aunque esta sensación de bienaventuranza, esta transferencia de simpatía o amor del hombre-dios tenga lugar a través de todo el cuerpo y en virtud de lo cual ha pasado de ser una célula del cerebro a ser una célula sexual del macroser, todo este acto de transferencia en su forma más perfecta se desencadenará, al igual que todas las otras manifestaciones, en una sensación de concentración y culminación especial. Esta sensación culminante se desencadena por medio de la sensación orgánica que hoy se está desarrollando a través de lo que conocemos como «el beso». La creciente tendencia de los hombres a besar, que es algo relativamente nuevo en la evolución, no pertenece originariamente al acto unipolar y, de este modo, es una manifestación de los efectos del polo sexual contrario del ser que, aunque el propio individuo no es consciente de ello, ahora comienza a imponerse. Es una incipiente forma nueva de sexo, y todos los hombres que sienten alegría y sensación placentera en el beso y lo practican en relación con el acto sexual unipolar hace tiempo que han dejado de ser seres unipolares en su forma más pura. Todos los hombres civilizados evolucionados, pero todavía seres unipolares, se han incorporado a este estadio inicial de la bipolaridad, mientras el estadio bipolar más avanzado todavía está únicamente poblado por una minoría proporcionalmente muy pequeña. Como el beso, tal como hemos dicho, no forma parte de la zona de sexualidad unipolar, cada ser unipolar que sienta necesidad de besar durante el acto sexual unipolar ya se habrá desviado de modo correspondiente de la zona de sexualidad unipolar a favor de la bipolaridad, en la cual el beso será una vez el propio acto del clímax.


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