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(1591-1938) 
 
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El sentimiento o sensación sexual del fuego supremo que tiene el hombre-K  1914. En el hombre-K u hombre-dios totalmente acabado física y psíquicamente todo existe como reacción sexual. Todo es aquí el fuego supremo en su forma más pura. Por lo tanto, aquí todo se ve en la correspondiente luz suprema, todo se ve como muy bueno, como divino o como una continua corriente de amor que se encuentra en todo, está presente en todas partes, encima y debajo de todo. Luz, luz y más luz está en todas partes y en todos los seres y cosas. Todos los seres aman a todos. Todo es un disfrute sexual. Encontrar a un ser, tocarlo, acariciarlo es una felicidad, una bienaventuranza que sobrepasa todo entendimiento humano, todo disfrute terreno. Aquí sólo hay deseo mutuo de servirse los unos a los otros, liberarse mutuamente, deshacer o impedir lazos y cadenas. Aquí sólo es un gozo servir, no dejarse servir. Cada caricia es un regalo divino, es una hábil transferencia del efecto luminoso especialmente coloreado del propio espíritu en la gloria luminosa de otro ser. Es llenarse mutuamente con la más elevada sensación de Dios, la más elevada sensación de alegría, la más elevada sensación de bienaventuranza.


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