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| «La puerta del nacimiento» | 1885. Debido al prominente estado de sus polos, armonioso y bajo el control de la voluntad, el hombre-I domina, de este modo, los talentos de su polo contrario en el mismo grado en que domina los talentos del polo ordinario. Esta incipiente soberanía sexual se debe al hecho de que el último resto del velo que, a través de la esfera de la transformación de los polos sexuales, hasta ahora había mantenido fuera de la conciencia diurna despierta del ser las funciones del polo contrario, ahora se está disolviendo de una manera natural. Pero el ser tiene ahora una madurez espiritual tan grande y una moral humana natural tan fuerte, que la percepción sexual despertada a través del polo contrario, surgida con esta disolución, ya no es peligrosa. No puede llevar nunca al hombre-I a la desviación. Ya ha atravesado la peligrosa época o zona de las desviaciones. La disolución de este velo o recubrimiento mental en los seres del tipo de hombre-I da, al contrario, lugar al «gran nacimiento» o a «la gran iniciación» orgánica. Por consiguiente, a este velo o recubrimiento, a este órgano protector en la época de transformación sexual lo denominaremos aquí, en Livets Bog, «la puerta del nacimiento». Del mismo modo que el himen femenino está destinado a proteger a la mujer contra el coito en su infancia y sólo es débil y fácil de ser roto al iniciarse su madurez sexual, «la puerta del nacimiento» también es un órgano protector contra el despertar y la evolución temprana de los terrenos del polo contrario. Pero del mismo modo que una niña puede ser violada de manera puramente física, y su himen puede romperse, también puede suceder que la puerta del nacimiento del hombre todavía muy inmaduro durante su transformación de los polos se abra demasiado temprano, debido a una enérgica intervención mental contra la naturaleza (seducción y otras influencias desafortunadas por parte del entorno en un medio primitivo e inmoral). Entonces empieza a pensar y experimentar con las funciones del polo opuesto en un momento en que estas funciones todavía son altamente inmaduras y sin capacidad sustentadora normal, aparte del hecho de que esta nueva esfera de interés, que se ha introducido demasiado pronto, no puede actuar sin hacerlo a costa de las funciones del polo ordinario que aún no se ha vivido a fondo. En este caso, surge la invalidez sexual que se manifiesta en forma de anormalidades sexuales, perversidades, sadismo, feminismo exagerado en el hombre y masculinismo exagerado en la mujer, y todas las demás desviaciones sexuales y los consiguientes estados mentales que, en mayor o menor grado, hacen de quien las sufre un psicópata, un débil mental y un retrasado mental. Como hemos dicho, todos estos fenómenos pueden, por consiguiente, relacionarse con una puerta de nacimiento abierta demasiado temprano en una vida anterior y, por lo tanto, de modo no natural en la psique del ser en cuestión. |
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