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| Los seres para los que la ley sexual de Moisés y leyes semejantes significaron mucho sufrimiento y mucha humillación | 1873. Ciertas leyes para el ámbito sexual han protegido, por consiguiente, a los presuntos seres «normales» de desviaciones sexuales. Dichas leyes no han sido experimentadas por estos seres como un estorbo. Al contrario, no puede decirse lo mismo sobre el pequeño tanto por ciento de hombres terrenos que iban delante de la mayoría o de la gente en general por lo que respecta al estado sexual, es decir, los seres que habían dejado atrás el estado matrimonial. Para estos seres, en quienes comenzaba a despertar una fuerte evolución del amor debido al avanzado desarrollo del polo contrario, la vida era a veces, como ya hemos dicho, un infierno. Que su estado se descubriese era suficiente para crear el riesgo de pena de muerte o ejecución. Este incipiente amor verdadero al prójimo no estaba, claro está, ligado al sexo como el amor de matrimonio. El objeto de esta simpatía era tanto los seres del mismo sexo que el ser como los seres de sexo contrario. Como precisamente esta simpatía o verdadero amor al prójimo se castigaba con la muerte, el resultado fue un secreto insoportable. Como no se podía encontrar ninguna información sobre este especial estado psíquico, aparte de que uno era un ser anormal, este estado también llevó, naturalmente, consigo complejos de inferioridad en los propios seres, al mismo tiempo que la necesidad sexual no satisfecha los llevó a peligrosos experimentos sexuales, cuyo resultado tenía casi inevitablemente que ser desviaciones adicionales, perversidades o toda la zona desviada que ya conocemos. Pero esta zona es, sin embargo, tan pequeña en relación con la zona del conjunto de la humanidad terrena, que no hay ningún peligro de extinción material de la humanidad debido a falta de reproducción corporal sexual. Ahora la ciencia cósmica, ajustada a la realidad, y sus correspondientes análisis crearán una verdadera comprensión de la situación y acudirán en ayuda de todos aquellos seres que ya no pueden ser impedidos sexualmente por las leyes de Moisés, ni por otras prohibiciones dictatoriales contra los procesos orgánicos naturales que tienen lugar en el hombre terreno bajo su transformación en el hombre verdadero a imagen de Dios. |
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