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Cómo surge el hombre femenino o afeminado y la mujer masculina u hombruna  1859. Una seducción sexual de un menor de edad puede, por consiguiente, llevar a insospechadas dimensiones de sufrimiento. El sufrimiento surge principalmente por el hecho de que el polo contrario del niño, a través del cual tiene que desarrollarse la actitud de simpatía o amor hacia su propio sexo, se pone en actividad y comienza a desarrollarse mucho antes de tiempo, es decir, mucho antes de que el niño tenga, en realidad, madurez para soportar con decoro y dignidad una facultad de simpatía o un estado de amor así y, por lo tanto, sin molestias e incomodidades para su entorno. Tras la seducción y la ulterior modificación creciente de la orientación sexual, su polo natural, que por lo que respecta al sexo masculino es el masculino y por lo que respecta al sexo femenino es el femenino, es dejado atrás por el progresivo crecimiento no natural del polo contrario. El ser adquiere conciencia diurna despierta de las funciones y efectos orgánicos de su polo contrario, en un momento en que para él todavía es una condición primordial sólo tener conciencia del dominio de su polo natural. Con este despertar de una tendencia extraña en la conciencia, comienza a surgir confusión. El ser vive periodos en que el contacto natural de su conciencia con su polo natural está muy velado y fuera de función, mientras el contacto de su pensamiento o conciencia con el polo nuevo o contrario está altamente sobredimensionado. Y la naturaleza y esencia de este polo se convierten, de modo correspondiente, en el factor más dominante de la psique del ser. Como, durante periodos así, la naturaleza masculina del hombre y la naturaleza femenina de la mujer están, por lo tanto, casi puestas fuera de función, el hombre tiene, naturalmente, que volverse femenino y la mujer masculina, y de este modo vemos como surge «la mujer hombruna» y «el hombre afeminado».


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