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(1591-1938) 
 
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El sexualmente menor de edad es santo e intocable  1858. Este campo tan sobredimensionado del polo contrario, y la consiguiente inhibición o retroceso de la zona del polo natural en el ser seducido transformará en un grado demasiado elevado el cuerpo físico a favor del sobredimensionado polo contrario. El cuerpo originariamente masculino adquiere, de este modo, un correspondiente matiz femenino demasiado acentuado, del mismo modo que el cuerpo originariamente femenino adquiere un correspondiente matiz masculino demasiado acentuado. Los seres en cuestión se encuentran, hasta un cierto grado, indefensos y al descubierto ante la mayoría con una incomprensión total en este campo. Los rasgos de su cuerpo, su tipo de movimientos y el timbre de su voz, marcados por el polo contrario, no pueden ocultarse, del mismo modo que, en el peor de los casos, tampoco son capaces de luchar contra su tendencia a enamorarse de seres de su mismo sexo, al mismo tiempo que muestran una indiferencia e ignorancia demasiado grande hacia el sexo contrario. Estos seres han ido poco a poco reuniendo muchas condiciones para caer en desgracia ante la mayoría. La falta de juicio, la indignación, la ira, la persecución, las calumnias, el desprecio y las burlas de esta mayoría, en contacto con las propias preocupaciones íntimas, el amor desdichado, la resignación, los complejos de inferioridad, el hastío de vivir y los pensamientos suicidas de los seres en cuestión ha sido, en ocasiones, la atmósfera predominante en el destino de estos desdichados seres. Así vemos aquí que, a través de los presentes análisis, la vida misma advierte a los hombres que consideren al ser sexualmente inmaduro o menor de edad santo e intocable. El principio sexual o fuego supremo es el timón de la creación. Todo se dirige en el universo por medio de este timón. Aquí un viraje equivocado se convierte en una desviación del destino. Una seducción sexual total de un menor es lo mismo que la siembra de una semilla que puede crecer y convertirse para los seres en cuestión en un gran árbol de sufrimiento, cuyo tronco y ramas se extienden a través y a lo largo de varias encarnaciones o vidas terrenas.


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