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(1591-1938) 
 
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Una mirada retrospectiva a la moralidad e inmoralidad de los seres dentro y fuera del matrimonio  1830. Según lo que hemos visto aquí, la causa principal de toda la desgracia matrimonial no es que la evolución se haya estancado o que la moral haya retrocedido, sino que, al contrario, lo que se hace valer es una degeneración fundamental del propio principio de apareamiento animal en el hombre terreno. Quienes originaban las debilidades morales, que hemos visto en relación con el estado de apareamiento y matrimonial humano terreno, eran en gran medida seres que fuera de lo matrimonial resulta que estaban excelentemente evolucionados. Muchos de ellos eran seres intelectuales que eran autores de un arte genial u ocupaban un lugar muy destacado en la creación de otros muchos objetivos culturales, hacia lo cual mostraban gran fidelidad, energía y abnegación. En la zona de estos seres hay un número mucho mayor de personas que, aparte de su desdicha o degeneración matrimonial, aportan a las actividades culturales y a su puesta en marcha en la sociedad una simpatía y una abnegación que «los hombres de verdad» y las correspondientes «mujeres de verdad», es decir, los todavía robustos hombres masculinos y las correspondientes robustas mujeres femeninas no están de ninguna manera en condiciones de prestar. Fuera de su sentimiento de apareamiento o actitud hacia el sexo contrario, estos últimos seres de ambos sexos sólo están en condiciones de sentir antipatía y celos. Son belicosos u hostiles hacia cualquiera que obstaculice o se interponga en la satisfacción de su particular deseo egoísta. Sacrificarse por el estado y la sociedad son pensamientos e ideas que sólo un número muy reducido de estos seres está en condiciones de hacerse. En cambio, los menos evolucionados pueden sacrificarse mucho por el sexo contrario. Es más, no retroceden ante el hecho de robar, matar y asesinar si lo encuentran necesario en situaciones en las que se trata de conquistar a este sexo y congraciarse con él. Lo que es general para estos seres, cuando aún no han alcanzado el estadio intelectual en el que han evolucionado hasta la culminación del egoísmo, que da lugar a la mentalidad de gangster y en la que no hay sentimiento moral, simpatía ni cordialidad, cuando se trata de la satisfacción de sus deseos egoístas, es que este estado de apareamiento o vida común todavía es en gran medida fundamental y estable. Aquí todavía existe la fidelidad conyugal y la felicidad de la vida sexual común. Pero en cambio, la fidelidad y la simpatía son mucho menores cuando se trata de relaciones fuera de esta vida común, es decir, en la relación con los otros seres. Aquí pueden muy bien ser inmorales, aunque naturalmente no pueden compararse con los gángsters u otros seres inteligentes, pero inmorales.


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