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| Al amparo del resplandor del deseo-A, el enamoramiento adquiere el tono solemne o gloria luminosa con que aparece en biografías, poesías, novelas y cuentos | 1822. Pero al amparo del resplandor del deseo-A, el enamoramiento adquiere el tono solemne y la gloria radiante con que aparece en biografías, poesías, novelas y cuentos. El deseo-A es un débil resplandor del verdadero amor o luz del originario paraíso perdido. Es el brillo que lleva a los seres a sumergirse en la amarga zona del deseo-B, sin tener la menor idea de su atmósfera venenosa y portadora de dolor. El deseo-A del enamoramiento es el sustituto de la luz de la vida en la zona o esfera de muerte de la espiral cósmica y, por consiguiente, mitiga esta oscura esfera con unos reflejos de la luz celestial. El enamoramiento es, de este modo, la luz de la luna de la noche cósmica de la vida. Es la luz celestial reflejada en los picos nevados y los abismos congelados del principio mortífero. |
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