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| «El enamoramiento» aparece como un deseo doble: «deseo-A» y «deseo-B» | 1816. Por consiguiente, el camino al reino de los cielos no es, como hemos dicho, una cuestión de técnicas de muerte y de genio para la destrucción de cultura, indiferentemente de que sean para defensa o ataque. Al contrario, únicamente puede manifestarse orientando el desarrollo de las propias disposiciones para la simpatía en dirección a un despliegue culminante de humanitarismo o amor al prójimo. Como sabemos, estas disposiciones para la simpatía comienzan como el proceso de reproducción material o física y se muestran en su despliegue máximo como una cierta forma limitada de simpatía hacia el sexo contrario. Esta simpatía se muestra como la movilización de un proceso en forma de «enamoramiento». El enamoramiento es, de este modo, un desencadenamiento orgánico, igual que el hambre y la sed y, al igual que estos dos fenómenos, crea deseo de ser satisfecho. De hecho es, como quien dice, el deseo que está por encima de todos los deseos. Es el propio deseo de la vida. Cuando este deseo aparece en su culminación, es decir, como enamoramiento, constituye un deseo doble. A este deseo doble lo podemos expresar como «deseo-A» y «deseo-B». |
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